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HELICOBACTER PYLORI, ANTICUERPOS (clase IgG, IgM, IgA)

Sinonimia: HP IgG, IgM, IgA.

Método: enzimoinmunoanálisis (ELISA).

Muestra: suero.

Valor de referencia:
IgG:
Negativo: menor de 15 UR/ml.
Débilmente positivo: 15-30 UR/ml.
Positivo: mayor de 30 UR/ml.

IgA: Negativo

IgM: Negativo

Significado clínico:
El Helicobacter pylori es una bacteria gram negativa del género Campylobacter que coloniza la mucosa gástrica, siendo más frecuente con la edad. Es el agente etiológico de gastritis idiopática tipo B, tiene alta prevalencia en úlcera péptica y dispepsia no ulcerosa. También se la relaciona con carcinoma gástrico.
Desde el punto de vista epidemiológico se ha observado una mayor prevalencia de infección en individuos de edad avanzada, pudiendo señalarse que en mayores de 60 años aproximadamente el 50% presenta colonización. Sin embargo la prevalencia se hallaría condicionada también por otros factores además de la edad, así el factor socioeconómico, como le demuestra el hecho de una mayor prevalencia y una más temprana colonización por el germen en países no desarrollados con relación a aquellos industrializados.

En cuanto a la forma de transmisión actualmente no se conoce con certeza aunque se supone pudiera ser de persona a persona y a través de la vía respiratoria o por vía fecal / oral como lo indicarían algunos estudios.
Incluso en algunos de ellos se habría puesto de manifiesto el fenómeno de transmisión dentro del grupo familiar.
Existirían varios mecanismos patogénicos que explicarían el fenómeno de relación entre la infección por el germen y la aparición de la úlcera péptica:
Todos estos factores coadyuvan en el desarrollo de la enfermedad ulcerosa, además el incremento de los niveles de gastrina así como el aumento del pico de secreción ácida observada en los pacientes portadores de Helicobacter pylori podrían jugar un rol de importancia en los pacientes que padecen de úlcera duodenal.
Si bien con la erradicación del microorganismo disminuye la concentración de gastrina sérica, esto no se traduciría en una disminución del pico de secreción ácida que permanecería elevado.
Este fenómeno sería debido a que tal vez una hipergastrinemia persistentemente elevada produciría un incremento en la masa de células parietales; que por otra parte es característico en los pacientes con úlcera duodenal.
El fenómeno de hipergastrinemia tendría su explicación a través del hipotético mecanismo de gastrin-link que consistiría en que el sector de la mucosa gástrica colonizada por el Helicobacter pylori existiría una mayor alcalinidad debido a la producción de amonio, lo que generaría a un nivel local un falso mensaje que el organismo interpretaría como una falta de secreción, estimulando a las células productoras de gastrina a una mayor liberación de hormona.
Se ha observado en pacientes colonizados por Helicobacter pylori signos de gastritis crónica que comprometerían fundamentalmente la región del antro pudiendo extenderse incluso hacia el cuerpo gástrico en individuos de edad avanzada.

En este aspecto algunos autores consideran la existencia de dos formas de gastritis crónicas:
1) Tipo A: que se localizaría fundamentalmente a nivel del cuerpo gástrico y suele acompañar a la anemia perniciosa. Esta respondería en su génesis a mecanismos autoinmunes.
2) Tipo B de localización antral (antritis), que suele asociarse a úlcera duodenal y presentaría una fuerte asociación con la infección con Helicobacter pylori.

El fenómeno inflamatorio crónico se explicaría si consideramos al Helicobacter pylori como responsable, ya que el sistema inmunológico que actuaría normalmente erradicando el germen patógeno en cualquier proceso infeccioso es totalmente incompetente en este caso para eliminar el microorganismo y se convierte en un proceso inflamatorio crónico, teniéndose escasas evidencias de que en algún caso mejore espontáneamente.
Con el correr del tiempo este proceso evolucionaría, hacia una atrofia de la mucosa gástrica (no en la misma magnitud en todos los casos) lo que implicaría la pérdida de glándulas normales, seguida de la alteración en la secreción gástrica de ácido, pepsinógeno y factor intrínseco.
Al momento actual la mayor evidencia de que el helicobacter sería un agente de peso en la génesis de la úlcera péptica estaría dada por diversos estudios en los que se ha seguido a pacientes que padecían de enfermedad ulcerosa, a quienes además de realizárseles el tratamiento convencional para su enfermedad se les administró un esquema terapéutico, utilizando drogas bactericidas y/o bacteriostáticas con el fin de eliminar el germen.
Los resultados de dichos estudios pusieron de manifiesto un alto índice de recidivas en los pacientes tratados por el método convencional (86%) en relación a aquellos tratados con los agregados de las drogas bactericidas y/o bacteriostáticas (8%).
Sin embargo no puede asegurarse que el microorganismo sea el responsable directo y/o único factor interviniente.
Los estudios hasta el momento realizados revelan una fuerte asociación entre la colonización por el Helicobacter pilory y la gastritis antral crónica (mayor del 80%), así como entre ésta y la úlcera duodenal o su recidiva (casi 100 %) y la úlcera gástrica.

En el caso de la dispepsia no ulcerosa denominada también dispepsia funcional, ya que habitualmente no se halla patología orgánica que la explique, la relación con la infección por helicobacter es menos clara.
Debido a lo variado e inespecifico de los síntomas referidos por los pacientes, que no permiten un control o medición objetiva del grado de severidad de la afección se hace sumamente dificultosa la realización de trabajos que pudieran aclarar si existe una verdadera relación causal o si se trata sólo de la asociación casual de dos fenómenos relativamente frecuentes.
El porcentaje en el que seria factible hallar al Helicobacter pilory en pacientes con dispepsia no ulcerosa es de 43 a 87 %.
Este fenómeno podría responder al hecho de que se hubiera cometido un sesgo en la elección de las muestras consideradas ya que se observa una notable heterogeneidad en cuanto a edad y a nivel socioeconómico de los individuos que la componen.
Estas variables influirían en la prevalencia de la infección por el Helicobacter pilory.

Por otro lado existen estudios que habrían establecido que la gastritis crónica consecutiva a la infección por helicobacter seria una entidad que cursaría en forma asintomática como lo demuestra el hecho de que en un 32% de los sujetos de una muestra de individuos asintomáticos evidenciarían la presencia del Helicobacter pilory y la gastritis crónica.
Desde el punto de vista histopatológico el carcinoma gástrico puede clasificarse en dos tipos:
1) el intestinal cuya etiopatogenia esta relacionada con helicobacter.
2) el difuso (menos frecuente) cuya etiopatogenia es desconocida.

La infección con helicobacter resulta ser un determinante en la aparición de gastritis crónica que evoluciona hacia la atrofia y eventualmente hacia la metaplasia intestinal y si consideramos a ésta como lesión pre-neoplásica (sobre la que podrían acentuar distintos grados de neoplasias) podría asumir que la presencia del microorganismo estaría más o menos relacionada con la mayor probabilidad de desarrollar una neoplásia gástrica de tipo intestinal.
En un estudio realizado se tomaron muestras de suero al comienzo del estudio y se determinaron la presencia de anticuerpos para Helicobacter pilory.
Al cabo de un período de tiempo, que oscila entre 6-14 años y luego de descartar a aquellos pacientes que desarrollaron cáncer inmediatamente luego de comenzado el estudio, pudo ponerse de manifiesto una fuerte asociación entre la infección por helicobacter y el cáncer de antro, cuerpo y fondo.

Existen diversos métodos para el diagnóstico de la infección por Helicobacter pilory. Estos podrían agruparse en métodos invasivos y no invasivos. Dentro de los primeros a su vez se cuenta a aquellos que se pueden denominar directos, tales como la observación directa y cultivo y aquellos indirectos, como el test de la ureasa. Los métodos no invasivos comprenderían el test del aliento y a las pruebas serológicas.
Una vez obtenida una muestra de mucosa gástrica por biopsia endoscópica se procede de diversas formas.
La observación directa con y sin tinción luego el cultivo en un medio microaerofilo enriquecido con sangre de carnero y con el agregado de antibióticos, (para evitar el desarrollo de flora coexistente) a 37° C, permitiría el aislamiento del germen.
El test de la urea (inclusión de la muestra en una solución rica en urea) evidenciaría la presencia del Helicobacter pilory a través de un aumento de pH y un cambio en la coloración de la mencionada solución por acción de la ureasa producida por el agente infeccioso.
El test del aliento consiste en el empleo de una solución de urea marcada con C 13 o C14 que se administraría al paciente por vía oral a fin de que si existiera colonización de la mucosa gástrica por el microorganismo la ureasa producida por éste desdoblará la urea y liberará CO2 marcado a través del aliento el CO2 marcado sería medido a través de un espectrómetro de masa poniendo de manifiesto la presencia de la infección.
En este momento está aclarado el hecho que el Helicobacter pilory es el principal agente etiológico de gastritis tipo B (gastritis crónica activa antral).
El diagnóstico de ésta generalmente está basado en un gran número de datos: la historia clínica, hallazgos radiológicos, endoscópicos y análisis de laboratorio (el cultivo, observación directa y test de la ureasa.). Todas estas técnicas son de tediosa implementación y su sensibilidad y especificidad no han sido aún demostradas.

VER ACTUALIZACION HELICOBACTER PYLORI Y PATOLOGIA DUODENAL.

Utilidad clínica

  • Diagnóstico:
    Los anticuerpos son de clase IgG, IgA e IgM, cuyos niveles en suero tienen correlación con la severidad de la gastritis, son indicadores de gastritis asintomática tipo B; de hecho, altos títulos de IgM e IgA indican infección inicial o activa, mientras que altos niveles de IgG pueden indicar infección activa o resuelta.
    Ha sido demostrada una alta correlación entre los niveles de inmunoglobulinas y los hallazgos histológicos junto con una marcada conexión entre un incremento en el título de inmunoglobulinas y la severidad de la gastritis. En cuanto a la clase de inmunoglobulina sintetizada, es mayoritariamente IgG y IgA, hallándose en pocos casos IgM en infecciones agudas. Esta es difícil hallarla por su corta permanencia en circulación.
  • Screening:
    La determinación serológica de anticuerpos anti Helicobacter pylori se puede utilizar como un rápido screening para grandes poblaciones de pacientes y es un gran indicador de diagnóstico temprano de infección por helicobacter ya que la respuesta inmune puede generalmente preceder a las manifestaciones clínicas de la enfermedad. También se destaca su utilidad en el screening de pacientes dispépsicos.
  • Monitoreo del tratamiento:
    muy útil en la monitorización de tratamientos por un método no invasivo, de pacientes dispépsicos (está reportada una correlación entre erradicación del microorganismo y correcta cura de la gastritis). En pacientes menores de 45 años, si la serología es negativa, se omite endoscopía.
    Si la serología es positiva y el paciente es mayor de 40 años, se hace una endoscopía para descartar neoplasía.
    Luego de la terapia antimicrobiana, se recomienda valorar el descenso de anticuerpos a los 6 meses, donde su título baja.
    Una pronunciada caída en él titulo de anticuerpos, significa un tratamiento exitoso Sin embargo este éxito puede ser temporario y sólo se considerará definitivo cuando la ausencia del germen perdure mas allá de las 4 semanas de finalizado el mismo. La eliminación de la bacteria está asociada generalmente a inflamación gástrica decreciente.

Variables preanalíticas:
Interferencias con portadores de Campylobacter yeyuni y E. coli.

Variables por drogas:

Falsos negativos: Antiinflamatorios no esteroides.


Bibliografía:

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