Nuevo estudio sobre la infección intrahospitalaria por Clostridium difficile

Cuando un paciente de un hospital toma antibióticos, la siguiente persona que use la misma cama podría enfrentarse a un riesgo elevado de sufrir una infección por el peligroso germen Clostridium difficile, según sugiere un nuevo estudio.

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Clostridium difficile una bacteria que provoca una inflamación del colon y una diarrea que puede poner en peligro la vida, se encuentra en los hospitales estadounidenses. Los científicos saben que el uso de antibióticos puede contribuir a la propagación del germen, pero este nuevo informe dice que no solamente está en riesgo el paciente que toma el medicamento.

Dado que las esporas del germen pueden persistir, los pacientes a los que se asigna luego a la misma cama del hospital podrían tener unas probabilidades más altas de contraer C. difficile, descubrieron los investigadores.

“Este estudio proporciona evidencias de que hay un efecto colectivo con los antibióticos. En otras palabras, los antibióticos tienen el potencial de afectar a la salud de las personas que no reciben antibióticos”, dijo el investigador principal, el Dr. Daniel Freedberg, gastroenterólogo en el Centro médico de la Universidad de Columbia, de la ciudad de New York.

Un médico que no participó en el estudio dijo que los hallazgos sugieren que es necesario mejorar los procedimientos de desinfección en los hospitales.

“Esto enfatiza la idea de que los hospitales no se están desinfectando lo suficiente o que no se pueden desinfectar lo suficiente. Existe la necesidad cada vez mayor de una mejora de los procedimientos de desinfección entre un paciente y otro”, planteó el Dr. Marc Siegel, profesor de medicina del Centro Médico Langone de la Universidad de New York, en la ciudad de New York.

Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, Clostridium difficile provoca casi medio millón de infecciones al año en Estados Unidos, y 29.000 fallecimientos. Las personas con una edad avanzada son las que tienen el riesgo más alto.

En este estudio, los investigadores hallaron que si al paciente anterior en la cama del hospital se le habían dado antibióticos (no para C. difficile), las probabilidades de infección con la bacteria para el paciente siguiente eran casi de 1%, frente a menos de 0,5% si no se le habían administrado antibióticos.

“Los antibióticos favorecen la propagación de C. difficile de los pacientes que la portan de forma asintomática a los pacientes que no la portan, incluso en el caso de que los pacientes sin C. difficile no reciban antibióticos”, señaló Freedberg.

En los pacientes infectados por C. difficile, los antibióticos pueden provocar que los gérmenes proliferen y se sumen a la cantidad de esporas que se derraman cerca. Las esporas de C. difficile pueden sobrevivir en el ambiente durante meses, indicaron los investigadores.

“Además, los antibióticos podrían afectar a las bacterias buenas que viven en el intestino que protegen de C. difficile”, comentó Freedberg.

El nuevo informe enfatiza la necesidad de usar antibióticos de forma juiciosa. Para evaluar el riesgo de contraer C. difficile en la cama de un hospital en la que previamente un paciente recibió antibióticos, el equipo de Freedberg estudió a más de 100.600 pares de pacientes. Todos estuvieron en uno de cuatro hospitales de la zona de New York entre 2010 y 2015. Los nuevos pacientes tenían que haber pasado 48 horas en una cama en la que el paciente anterior hubiera pasado al menos un día, y que hubiera dejado la cama menos de una semana antes de que llegara el nuevo ocupante.

La sospecha de una conexión se confirmó en 576 pares. En esos casos, el paciente que llegó después desarrolló la infección por C. difficile en un plazo de entre 2 y 14 días después de ocupar la cama, encontraron los investigadores.

El tiempo promedio de infección fue de alrededor de 6 días. Y estos pacientes recién infectados tenían más probabilidades de tener los típicos factores de riesgo para C. difficile: una edad avanzada, unos niveles más altos de creatinina, unos niveles más bajos de la proteína albúmina, y un uso en el pasado de antibióticos.

El riesgo de C. difficile fue de 0,72% cuando el ocupante anterior de la cama del hospital tomó antibióticos, frente a 0,43% cuando el ocupante anterior de la cama no recibió antibióticos, encontraron los investigadores.

La asociación fue pequeña, y el estudio no establece una relación causal directa. Pero aparte de los antibióticos, ningún otro factor relacionado con los ocupantes anteriores de la cama se asoció con un riesgo más alto de una presencia de C. difficile en los pacientes posteriores. Ese fue el caso después de excluir a casi 1.500 pares de pacientes en los que el paciente anterior había tenido recientemente C. difficile, según el estudio.

“No me parece sorprendente. Sabíamos que el uso de antibióticos aumenta el riesgo de C. difficile”, dijo Siegel.

“Es otro modo en que los antibióticos no son inocuos. Cuando se toma la decisión de dar antibióticos, se tiene que tener en cuenta que quizá se esté propagando un germen que en sí mismo es un riesgo de infección en el hospital”, señaló Siegel.

Puede consultar el artículo completo, en inglés, haciendo clic aquí.

Fuente: REC