El año de nacimiento podría brindar protección contra las cepas de influenza aviar

El año de nacimiento de una persona podría ayudar a predecir su riesgo de enfermarse de forma grave o morir tras la exposición a un virus de la influenza que pasó de los animales a los humanos, sugieren unos investigadores.

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Se creía que la exposición anterior a un virus de la influenza ofrecía a las personas poca o ninguna protección contra los virus de la influenza de origen animal, según los investigadores de la Universidad de Arizona, en Tucson, y de la Universidad de California, en Los Ángeles.

Pero un análisis de casos bien conocidos de enfermedad grave o muerte provocadas por los virus de la influenza aviar A(H5N1) y A(H7N9) mostró que la primera infección con un virus de la influenza en la niñez ayuda a determinar de qué nuevos virus de la influenza aviar las personas estarían protegidas en el futuro.

Dependiendo de cuándo nacieron las personas, se infectaron con distintos tipos de virus de influenza por primera vez en la niñez, explicaron los investigadores. Esto hace que sus cuerpos produzcan distintos tipos de anticuerpos para combatir esta enfermedad. “Como analogía, digamos que como niño se expuso primero a la influenza de la ‘paleta naranja’. Si más adelante en su vida se encuentra con otro subtipo de virus de la influenza, que provenga de un ave, que su sistema inmunitario nunca haya visto antes pero cuyas proteínas también son similares al sabor de la ‘paleta naranja’, las probabilidades de que muera son bastante bajas, debido a la protección cruzada. Pero si se enfermó primero con el virus del grupo de la ‘paleta azul’ en la infancia, eso no le protegerá de la novedosa cepa ‘naranja’”, planteó el autor coprincipal del estudio, Michael Worobey, quien es director del departamento de ecología y biología evolutiva de la Universidad de Arizona.

Si se infecta con la cepa que tuvo en la niñez, los investigadores estiman que hay una tasa de protección de 75% contra la enfermedad grave, y una protección de 80% contra la muerte por influenza. Los hallazgos podrían conducir a nuevas formas de reducir los riesgos planteados por los brotes importantes de influenza. El próximo paso es determinar exactamente cómo la primera influenza de un niño afecta al sistema inmunitario y formas posibles de modificarlo con una vacuna, comentaron los investigadores.

“En cierta forma, son noticias buenas y malas. La buena noticia es en el sentido de que ahora podemos ver un factor que realmente explica una parte importante de la historia: la primera infección le prepara en gran medida para el éxito o el fracaso, incluso contra cepas ‘novedosas’ de la influenza”, dijo Worobey.

“La mala noticia es que la misma impronta que provee esa magnífica protección podría resultar difícil de alterar mediante vacunas. Una buena vacuna universal debería ofrecer protección donde más le haga falta a alguien, pero los datos epidemiológicos sugieren que quizá nos limitemos a contar con una protección fuerte contra apenas la mitad del árbol familiar de cepas de la influenza”, añadió.

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Fuente: REC